martes, 15 de noviembre de 2016

EXIGENCIA IRRENUNCIABLES (099)

SOBRE EL AMOR EN LA FAMILIA”
Capítulo IV El amor en el matrimonio `Amabilidad´

Punto 99. Amar también es volverse amable, y allí toma sentido la palabra asjemonéi. Quiere indicar que el amor no obra con rudeza, no actúa de modo descortés, no es duro en el trato. Sus modos, sus palabras, sus gestos, son agradables y no ásperos ni rígidos. Detesta hacer sufrir a los demás. La cortesía «es una escuela de sensibilidad y desinterés», que exige a la persona «cultivar su mente y sus sentidos, aprender a sentir, hablar y, en ciertos momentos, a callar» [107]. Ser amable no es un estilo que un cristiano puede elegir o rechazar. Como parte de las exigencias irrenunciables del amor, «todo ser humano está obligado a ser afable con los que lo rodean» [108]. Cada día, «entrar en la vida del otro, incluso cuando forma parte de nuestra vida, pide la delicadeza de una actitud no invasora, que renueve la confianza y el respeto [...] El amor, cuando es más íntimo y profundo, tanto más exige el respeto de la libertad y la capacidad de esperar que el otro abra la puerta de su corazón» [109].
Notas:
[107] Octavio Paz, La llama doble, Barcelona 1993, 35.
[108] Tomás de Aquino, Summa Theologiae II-II, q. 114, a. 2, ad 1.
[109] Catequesis (13 mayo 2015): L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española, 15 de mayo de 2015, p. 9.

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