miércoles, 19 de abril de 2017

CONSEJOS EVANGÉLICOS (160)

160. Por lo tanto, «no se trata de disminuir el valor del matrimonio en beneficio de la continencia»,[168], y «no hay base alguna para una supuesta contraposición [...] Si, de acuerdo con una cierta tradición teológica, se habla del estado de perfección (status perfectionis), se hace no a causa de la continencia misma, sino con relación al conjunto de la vida fundada sobre los consejos evangélicos»[169]. Pero una persona casada puede vivir la caridad en un altísimo grado. Entonces, «llega a esa perfección que brota de la caridad, mediante la fidelidad al espíritu de esos consejos. Esta perfección es posible y accesible a cada uno de los hombres»[170].
[168] Juan Pablo II, Catequesis (7 abril 1982), 2: L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española, 11 de abril de 1982, p. 3.
[169] Id., Catequesis(14 abril 1982), 3: L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española, 18 de abril de 1982, p. 3.
[170] Ibíd.

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